Perdóname por estremecer, por no tener calma;
no es lo mismo abrazarte, que abrazarte con el alma.
Tanto tiempo sin verte, me devoró la ansiedad;
por fuera soy indolente, por dentro ruina y soledad.
...como un solo toque de tu piel me produce tanta eternidad.
Eber Helí
agosto 14, 2015
Oasis de la Pasión
viernes, 14 de agosto de 2015
miércoles, 29 de julio de 2015
sábado, 9 de marzo de 2013
sábado, 2 de marzo de 2013
Resolución en la vorágine
por Eber Ureña (enero 24, 2013)
No falla el que se entrega por amor sincero y es
despreciado, aunque fuese por un segundo; más pierde el que le pasó el amor por
enfrente y lo desechó, se perdió de vivirlo.
Por eso hay que vivir cada segundo y agradecer al Creador al
mismo tiempo; porque el futuro es el resultado de lo que hagamos en este
instante, el aquí, el ahora.
Por eso hay que sentir, vibrar y gozar cada aspecto
positivo, porque cada milímetro de piel tiene vida.
Porque así como uno nace, así uno se va. Solo valen los
momentos que llenan el alma, el corazón y el espíritu.
De lo contrario solo existiese en el universo una sola alma.
Quiso la Divinidad que siempre sintiéramos la necesidad de estar con alguien a
nuestro lado.
Prefiero morir de amor en un solo instante que vivir para
siempre sin nunca haber amado.
Por eso es mejor tener la pasión de una vorágine.
Es mejor ser como un vendaval que así como viene se va, y
bajo su fugitivo paso deja talladas sus caricias. Es mejor ser como una ráfaga sincera que así como viene se va, y bajo su corriente dejarse llevar.
Es mejor ser como el huracán que así como viene se va, y bajo su transitorio paso deja grabadas sus huellas.
Procurando que la mayoría de las huellas sean buenas.
Procurando, procurando, porque no es tarea fácil.
Cuando la pasión impera pierden su brújula la sensatez, la
cordura, la razón, la prudencia, la vergüenza y hasta el pudor.
Y cuando se tiene instinto de huracán, por más breve que sea el periodo, arrasa con
toda alma que esté a su paso.
Breve periodo, breve periodo. Crudo pedazo de fracción en el
tiempo revestido de auge, de clímax, de éxtasis y de efervescencia, pero no
absuelto de convulsión, de perturbación, de dolor.Precioso intervalo geométrico cuyas medidas comprenden desde aquel anciano que me reveló: “uno nunca termina de aprender, ni de amar” hasta aquella doncella que me enseñó: “los besos no se piden, se roban”.
Amor de ángel caído
por Eber Ureña (enero 11, 2013)
Recuerda que provenimos de un mismo origen, del mismo núcleo,
de un mismo epicentro, de la misma pureza, de la esencia de la pasión, del
néctar del amor y del soplo de vida.
Que nacimos juntos y por la Divinidad misma fuimos esparcidos, al azar, en esta travesura llamada Vida, cuyo reto es reencontrarnos, casi olfateándonos, rebotando magnéticamente, retornando como medias naranjas al árbol, como medias gotas al mar, como cenizas al fuego y como polvo a la tierra.
Que nacimos juntos y por la Divinidad misma fuimos esparcidos, al azar, en esta travesura llamada Vida, cuyo reto es reencontrarnos, casi olfateándonos, rebotando magnéticamente, retornando como medias naranjas al árbol, como medias gotas al mar, como cenizas al fuego y como polvo a la tierra.
Por el efecto casi inicuo de lo terrenal se nos nubla la
memoria y cada tropiezo con alguien se nos hace la pareja correcta, o caso
contrario a la correcta la despreciamos, más por el afán de no quedar
solitarios, más por el temor de no encontrar el camino de vuelta, pasaje que
precisa grata compañía por la travesía tosca y agreste, o sucumbir ante la
ambición de pecar quedándonos solo por el apetito de poseerla.
Y es que en el desierto de la soledad es fácil despistarse,
más puede la penumbra de la tentación tangible que la luminosidad que brinda
solo la búsqueda del amor verdadero.
Y así nos reencontremos o no en esta Vida, igualmente
estaremos juntos al final, porque está prometido que regresaremos al mismo
origen, donde la paz retoza eterna, el amor es sujeto y predicado, donde la
pasión es causa y efecto.
Ya que dentro de la luz verdadera todos somos uno y en uno
solo nos volvemos, en el universo eterno y fértil de la Divinidad entonces
sería un pecado no tenerte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)